Feliz cumpleaños Hov: cuarenta y nueve primaveras de JAY-Z
Para mucha gente es casi incomprensible la fama y el impacto global de JAY-Z, y así es si hacemos únicamente un acercamiento superficial.
Nacido como Shawn Corey Carter en las viviendas de protección oficial de Marcy en Brooklyn, su vida fue lo que teóricamente consideramos un camino seguro al fracaso: sin padre, en un ambiente violento, normalización de la venta de drogas y todo lo que consideramos desmotivador a todos los niveles para tener autoestima y para creer en algo más allá de sobrevivir al día a día.
Desde luego no es el germen perfecto para una de las figuras más influyentes del mundo con un patrimonio de más de quinientos millones de dólares y teniendo como a esposa a la mayor súper estrella pop del globo. Y para ello quizá debamos remontarnos no sólo al contexto, sino a la propia personalidad, talento y tesón de JAY-Z.
El gran visionario de Marcy Projects
Después de varios devaneos entre la droga y la música y tras ser rechazado por varias discográficas, Hova tomó dos de las muchísimas grandes decisiones que ha escogido en su vida: fundar su propia discográfica y que su álbum de debut (el maravilloso ‘Reasonable doubt’) contara con los mejores productores del género, algo así como lo que se hizo con Nas y su ‘Illmatic’, pero todo autogestionado.
Pero el primer larga duración de JAY-Z es sólo uno de los detalles que han marcado la diferencia entre Carter y el resto de artistas, algunas musicales, otras audiovisuales y muchas otras comerciales y mercadotécnicas.
Con las muertes de Tupac y Notorious BIG y con la irregularidad en la calidad de los discos de Nas, el mundo del hip hop se quedó de alguna manera sin un verdadero icono vivo.
Alguien que fuese capaz de editar buenos discos pero también de ir a platós de televisión y comportarse, de sentarse en reuniones de negocios, de no estar todo el día bajo la influencia de la marihuana, de saber de lo que habla y de algún modo representar al género por mucho más que sacar discos y dar conciertos. Y ese gran trozo del pastel lo quería Jay-Z.
El de Brooklyn (aparte de jugar siempre entre la música más comercial pero también con la de calidad) supo entender desde el principio que la naturaleza subversiva, real, contestataria y casi revolucionaria del rap era un auténtico caramelo para el capitalismo más salvaje, aunque parezca una ironía.
JAY-Z: del rap a la ONU
El mundo de la moda necesita sacar sus ideas y figuras de la calle. Las revistas y portales web necesitan mucho más que productos fabricados por estrategas de marketing para convencer, y lo mismo con el deporte y prácticamente aquello que necesite vender un producto de uno u otro modo.
De esa manera, JAY-Z mantenía un pie en la calle y otro en los focos, haciéndose accesible para los blancos y reconociendo sus raíces en el más completo ghetto con lo que daba ese toque de autenticidad y carisma a cualquier producto creado por el capitalismo más artificial y lo convertía en el monstruo perfecto.
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Y de ahí vamos desde Reebok o Puma a Def Jam pasando por los Brooklyn Nets, ser embajador de la ONU o su amistad con Robert De Niro o el mismísimo Michael Jackson.
Y todo ello mantenido con una discografía que se sostenía en mayor o menor medida en la calidad durante los años -ya décadas- y que se intercalaba con negocios, portadas de revistas e intentar mantener los escándalos al mínimo posible.
Por esas y muchas más razones, el cumpleaños de Hov (o más bien su figura completa) es relevante: el hip hop es mucho más suave y comercial por culpa de JAY-Z, pero también es un fenómeno global y aceptado gracias a su empeño.
El yin y el yang en una persona que desata pasiones y odios y al que no le podemos negar ni un ápice de mérito en ese camino desde rapear en la cocina de su casa en Marcy Projects hasta que su cumpleaños sea noticia en medios de todos los países, idiomas y religiones. Feliz cumpleaños señor Carter… Y que el mundo piense lo que quiera.
¿Te quedas con ganas de saber más de JAY-Z? Este artículo es perfecto para ti.