«Candyman»: vuelve el terror del ghetto por la puerta grande

En 1992, una película revolucionaba los cines de todo el mundo por diversos motivos. Por primera vez (o al menos por primera vez con éxito mundial), una película lograba convertir a un afroamericano en símbolo del terror global. Y, por si no fuese suficiente, lo hacía con una cinta notable, original, llena de pulso y con una crítica social acertada.

Se trataba de «Candyman» y el actor que lo interpretaba (Tony Todd) se convertía en todo un icono, interpretando numerosos papeles de héroes, antihéroes y figuras parecidas en el futuro. La cinta demostraba que se podía filmar buen terror y crear una mitología compleja para recordar sin necesidad de repetir los clichés una y otra vez.

Pues bien, recién estrenado el remake en cines, podemos decir que estamos ante una de esas honrosas excepciones: y es que la película de 2021 mejora -o al menos iguala- a la original de los años noventa. Toda una rareza, ya que sabemos que la mayoría de reinterpretaciones de clásicos solo persiguen un interés: el económico.

Producida por alguien tan solvente, efectivo y a la moda como Jordan Peele (que también es uno de los firmantes del guión), la película dirigida -magistralmente- por Nia DaCosta (que acaba de convertirse en la primera afroamericana en ser número uno en taquilla) merece la pena desde el segundo uno. Y no se trata solo de hype.

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DaCosta es capaz de construir una película actual, terrorífica, llena de denuncia social y respetando lo suficiente el material original, pero añadiendo los elementos nuevos que hagan que no se trate de solo una excusa. Con una construcción milimétrica de los personajes y el contexto, la realizadora vence y convence al revisitar un clásico cuya propia filmación podía ser vista solo como una excusa.

La nueva adaptación de este clásico de terror en el ghetto está llena de talento, de magia, de querer hacer las cosas bien y es por ello que incluye momentos casi hipnóticos. Un remake necesario en un mundo de remakes innecesarios y la excusa perfecta para ir al cine tras todos estos meses de pandemia, cuarentena y alejamientos de nuestras mejores rutinas.

Fantástica.