«El mariachi»: aquel clásico hecho con 7.000 dólares
Aunque estemos acostumbrado a oírlo y lo hayamos normalizado, no deja de ser una barbaridad que películas como «Piratas del caribe: en mareas misteriosas» cuesten casi cuatrocientos millones de dólares.
Y no es que lo critique, obviamente ese dinero va en pagar a un sinfín de profesionales (aunque es cierto que gran parte va a las estrellas principales) y si se invierte es porque muy seguramente vendrá de vuelta. Pero sigue siendo una cantidad ingente de dinero, o al menos nos lo parece a los no acostumbramos a manejar esas cifras (en ningún nicho de nuestra vida) ni a acercarnos.
Por eso tiene más mérito aun la película de la que venimos a hablar hoy, una absoluta muestra de que puedes demostrar tu talento con pocos medios y encima hacer caja. Muchas veces -no siempre- querer es poder.
«El mariachi» fue producida por el propio actor protagonista (Carlos Gallardo) con 7.000 dólares y escrita, fotografiada, montada y dirigida por Robert Rodriguez (San Antonio, 1968). Como la mayoría del presupuesto se fue en una cámara de buena calidad, se tuvo que ahorrar aun más (como si no tuviese mérito ya) en todo lo demás.
«El mariachi» costó 7.000 dólares y recaudó 2 millones
Atrezzo prestado, iluminación con focos de un centro comercial, secundarios amateur… Rodriguez y Gallardo se buscaron la vida para hacer más con menos y el resultado -aun notándose el bajo presupuesto- fue notable, y la cinta aun se deja ver como completo placer culpable y sinónimo de talento nato.
«El mariachi» es básicamente ritmo, honestidad y diversión.
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Aunque el film iba a producirse en VHS y destinarse al mercado del alquiler, Columbia Pictures supo ver la chispa del film y la distribuyó, llegando a recaudar más de dos millones de dólares. Todo un logro para una cinta de tan ínfimo presupuesto. Comenzaba la leyenda de Rodriguez en Hollywood.
El director de origen mexicano comenzaba así una fructífera carrera entre su estilo personal y reconocible y los trabajos mercenarios y, como era de esperar, «El mariachi» tuvo sus dos secuelas.
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Rápidamente y como era previsible viendo su apasionamiento e influencias Rodriguez se hizo amigo de Quentin Tarantino y llevaron a cabo diferentes e interesantísimos proyectos («Abierto hasta el amanecer» y «Planet Terror»).
La habilidad de Rodriguez le ha llevado a cosas tan fascinantes como las dos partes de «Sin City» o la trilogía de «Machete» y a los films de «Spy Kids» o «Las aventuras de Sharkboy y Lavagirl», suponemos que todo el mundo tiene un precio. Aun así, cuando al tipo le dejan coger la cámara y ser el mismo es pura magia, diversión y escasa censura.
Un repaso a una parte de su filmografía es todo un placer que de vez en cuando debemos darnos.
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