¿Podrá «Ghosbusters: Afterlife» convertirse en un clásico?

Cuando en 1983 Dan Aykroid, Harold Ramis y Rick Moranis se encerraron en una casa de campo alquilada para escribir el guión de «Los cazafantasmas» (Ivan Reitman, 1984) sabían que estaban haciendo historia. Hoy hablaremos de su versión más actualizada «Ghostbusters: Afterlife».

Y es que sabían que la idea era una bomba, no solo porque el abuelo de Aykroid tuviera tantos conocimientos sobre lo paranormal que (casi) todo lo que aparece en la película original tiene sentido dentro de su lógica, sino porque cuidaron desde el logo, a la banda sonora, el vestuario al icónico vehículo. Una genialidad a todos los niveles que se convirtió en una de las comedias más exitosas de la historia.

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Cinco años después llegaría una esperadísima secuela que, aun siendo más que decente, perdía cierta frescura y se preocupaba más por repetir esquemas e ir a lo seguro. Aún así, tenía tantas maravillosas ideas (esos ríos de moco maligno tras las calles de Nueva York) que el tiempo nos ha hecho pensar que estaba siendo injustamente vilipendiada.

Series de animación, juguetes, videojuegos, juegos de mesa, camisetas… todo lo que puedas imaginar lo han vendido «Los cazafantasmas», y es que es casi imposible pensar en un producto (por raro que sea) cuya licencia no haya sido vendida para poner el logo de estos cinco tipos. Sí, cinco porque incluímos a Ernie Hudson.

Con el logo convertido en uno de los más reconocibles del mundo (junto al de Apple o Nike) y la primera película en legendaria, en 2016 se estrenaba una especie de reboot con mujeres bajo la dirección de Paul Feig. Un tipo que no le llega ni a la suela de los talones a Ivan Reitman (ni a su hijo), dicho sea de paso.

Las críticas estúpidas no tardaban en llegar: una parte de la sociedad norteamericana criticaba el hecho de que el reboot fuese con mujeres. Un argumento estúpido, desfasado y ridículo. A los amantes del cine no nos importaba si los cazafantasmas era mujeres u hombres, solo si la película era buena. Y no lo era, o al menos no lo suficiente. Entretiene, eso sí.

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Como la cinta perdió dinero (algo que nadie de explicaba dada la importancia del nombre de la franquicia), se volvió a intentar. Y con ello nos llegaba el trailer de «Ghosbusters: Afterlife», una nueva variación y adaptación de la cinta que, si bien tenía suficientes cambios, parecía respetar el legado, el espíritu y el alma de aquella obra maestra de 1984.

Empezando porque el director es Jason Reitman (hijo del director de la original), siguiendo por la participación de los originales en sus papeles míticos y por haber sido desde sus inicios una especie de regalo a lo seguidores del grupo original, aunque siendo una especie de pase de testigo a nuevas generaciones.

Además, parece obviar por completo a la anterior y femenina entrega. Repetimos: no por femenina, sino por perezosa y fallida.

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Aún mostrando poco, el tráiler nos hace esperar lo mejor. Notamos el espíritu de una película con la que crecimos y que representa una gran parte de lo mejor de nuestra infancia.

Aun no se ha mostrado el tema original de Ray Parker Jr. ni los cameos de los actores originales, pero podemos sentir la magia de un producto que parece estar hecho con tanto amor como el que nosotros tenemos por estos tipos que cazan fantasmas con monos de bombero y una ambulancia tuneada.

Que esta vez no nos fallen con «Ghostbusters: Afterlife».