¿Es «Holmes & Watson» descaradamente la peor película del año?
Los que conocen la filmografía de Will Ferrell (y de algún modo y por extensión parte de la de John C. Reilly) saben que el humor asburdo, abstracto, zafio y ridículo es marca de la casa, pero que está ejecutado con tanto talento que algo a simple vista simple y sencillo acaba siendo admirable y funcionando a la perfección.
«Pasado de vueltas», «Semi-profesional», «Hermanos por pelotas», «Los amos de la noticia» o «Movida en el Roxbury» son sólo algunos ejemplos conocidos de un estilo característico que ha llegado a cuajar tanto en una parte de la sociedad que ha acabado en filmes que representan todo lo contrario. Es el caso de las maravillosas «Melinda y Melinda» de Woody Allen o de «Más extraño que la ficción» de ese más que prometedor Marc Forster que se quedó en sólo esa cinta destacable.
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Y es que el humor de Ferrell (y de nuevo, de Reilly) está en ese punto en que parece muy sencillo pero sólo de mano de unos pocos es realmente efectivo, y ahí radica el problema.
Que parezca fácil no quiere decir que lo sea y la prueba la tenemos en el film que hoy nos ocupa: no cualquiera puede escribir este tipo de humor, porque lo sencillo no es igual a perezoso y lo fácil en mano de unos no debe ser considerado vago por parte de otro.
Eso no por meternos en el lodo de la falta de talento por parte de Etan Coen, director de «Holmes & Watson».
Decepción para los fans de Ferrell, aunque no sea su culpa
La película sobre el detective más famoso de la historia y su ayudante (Ferrell el primero y Reilly el segundo) cuenta la historia de cómo se supone que en cuatro días la Reina de Inglaterra será asesinada si nadie lo impide.
De ese modo, los investigadores Holmes y Watson se pondrán manos a la obra para acabar con los planes de Moriarty y que la Reina Victoria acabe sana y salva.
Una historia común como cualquiera de las que puede protagonizar nuestro dúo, y que en principio podría dar lugar a situaciones hilarantes de humor absurdo como en las películas antes mencionadas; sin embargo, acaba en el mayor de los bochornos.
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Un film holgazán, que parece escrito en cinco minutos y que demuestra que creer que algo es sencillo (en este caso, el humor) no quiere decir que lo sea. La historia no tiene ni pies ni cabeza ni profesa el más mínimo respeto a las más básicas reglas narrativas. Y es que, por muchas concesiones que hagamos, la cosa es un despropósito a tales niveles que mérito tiene aguantar la película más de veinte minutos.
¿La peor película de 2019?
Pero uno podría pensar que si sacrificamos y damos por hecho que el guión es basura e intentamos ignorarlo (cosa que no es tan sencilla), los gags individuales pueden funcionar bien y, apagando el cerebro, podemos reiínos y disfrutar. Aunque como todo no funcione: error.
Los momentos de humor que vemos en pantalla son tan pobres que ni el esfuerzo de Will Ferrell y John C. Reilly (que hacen todo lo que pueden en textos que literalmente no hay por donde cogerlos) dan tanta vergüenza ajena que uno lo pasa mal por ver a dos tipos con tanto talento -en este caso los dos actores principales- haciendo el ridículo de un modo tan explícito.
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La función no la salvan ni algunos secundarios y cameos de lujo ni elementos destacables como el vestuario. «Holmes & Watson» es la peor película de presupuesto razonable de este año, y probablemente en años, y es inexcusable que en pleno 2019 esto haya pasado todos los filtros para llevarse a cabo, mientras otras grandes historias se quedan en cajones.
El director y guionista Etan Cohen han escrito una de las peores películas de todos los tiempos y, visto en perspectiva, incluso puede tener mérito: es difícil que todo salga tan mal.
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