¿Fue realmente «Joker» una película tan buena?
No descubrimos nada si decimos que vivimos en la época de las redes sociales, de los mensajes cortos, del poder de la imagen breve y de las cápsulas de YouTube, y el cine (y el resto de la cultura) no puede vivir ajeno a eso.
Es por ello que las películas más taquilleras de los últimos años suelen ser muy espectaculares, con grandes giros y fuegos de artificio, pero quizás con poca miga.
Puede que sea un reflejo de como nos hemos acomodado y acostumbrado a un estímulo ruidoso pero fácil (podemos verlo también en el nuevo cine de terror con los jumpscares) que nos mantiene siempre alerta y no da lugar al aburrimiento, pero tampoco nos deja poso, ni mensaje ni nos llena como obra artística.
Vivimos en la era del «cine espectáculo»
Un cine como el que históricamente ha hecho Woody Allen parece no tener cabida en nuestros días: diálogos largos, reflexiones y referencias culturales han sido reemplazados en gran parte por situaciones efectistas, ostentosas y aparatosas, aunque no mejores.
Y no es que no haya grandes directores relativamente jóvenes de inmenso talento y autoría (como Alfonso Cuarón, David Fincher, Alejandro G. Iñarritu, Sam Mendes o Darren Aronofsky), pero parecen haber quedado relegados a los cinéfilos, mientras que el gran público se va conformando y rindiendo a paisajes más fáciles y accesibles.
De ese modo, cabe preguntarse si el mérito de una película como «Joker» (Todd Phillips, 2019) es por sus méritos cinematográficos o porque responde a las necesidades actuales del público mayoritario. Al fin y al cabo, lo que hace la reconocida cinta es actualizar películas mucho mejores como «Taxi Driver» o «El rey de la comedia» (ambas de Scorsese) y hacerlas un poco más digeribles.
«Joker» es una buena película, pero bebe de otras mucho mejores
Porque no olvidemos que el gran tirón de la cinta es que lleva en el título el nombre del enemigo principal de uno de los súper héroes más conocidos de la historia.
Y eso no hace que el film de Phillips sea mejor o peor, pero si nos hace estar mucho más abiertos y predispuestos a la historia que se nos cuenta, porque es algo que ha estado ahí toda nuestra vida. Quizás debemos tomar distancia para juzgar.
Todo en Joker funciona, pero a la vez todo parece fácil y masticado. La crítica a la sociedad, al capitalismo salvaje, a la falta de empatia y en definitiva a un mundo que se cae a pedazos mientras solo miramos por nosotros mismos.
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Todo es bueno en la película; dirección, actuación, fotografía, música y mensaje pero es posible que si este mismo film se hubiese estrenado hace cuarenta años hubiera quedado diluido entre muchas otras propuestas parecidas.
Y ojo, la película es notable y se agradece cine así y más aun aprovechando el tirón de un nombre comercial con tanto gancho.
La cosa es intentar ser objetivos y dilucidar si «Joker» es un éxito porque cualquier cosa pseudo profunda nos parece una obra maestra o porque de veras vamos a empezar a valorar un cine un poco menos fácil. El tiempo nos dará la respuesta.
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