Analizamos a fondo ‘Mad World’, el nuevo álbum de D.L. Blando
Siempre surgen nuevas formas, colores y sonidos. Mucho se habla de sad trap y demás, pero vamos a ahorrarnos etiquetas y farándula en esta ocasión. Todos tenemos una imagen mental de qué es qué en esto de la música, y no hace falta más.
Aquellas personas más cercanas y afines a la música cargada de emoción y sentimiento tienen que grabarse a fuego un nombre: D.L. Blando, el alias artístico de Louis Hardaway del Saz. Salido de Katanga -otra historia de la que hablaremos algún día- este coruñés nos ha permitido ver el universo escondido en la trinchera tras su pecho izquierdo. Un paraje post–apocalíptico árido y solitario asentado en su prosencéfalo.
Un mundo de dolor en el que no quieres, pero vives
No vas a escuchar ‘Mad World’ sin llorar, al menos sin hacerlo por dentro, sin que se te retuerzan los intestinos y sientas un nudo en el estómago. Hay un par de frases, pertenecientes al álbum, que nos dejan ver lo que vamos a encontrarnos:
Yo no hablo de putas, ni de drogas, no apuestes por mí.
Yo les meto mi dolor pa’ que lo puedan sentir.
D.L. Blando no apunta a lo que todos hacen hoy en día. Yo, que vengo del post-hardcore y del metalcore con bandas como Bring Me The Horizon o The Amity Affliction , siempre le he relacionado -o algún área de mi cerebro lo ha hecho- con la parte más emocional de ese género, más incluso que con el rap o el trap. Será por el contenido siniestro, oscuro, doloroso, desolado y cercano a la muerte que ofrece.
La mejor prueba de ello ‘Funeral’, un grito al cielo como un último intento de no cruzar al otro lado completamente solo.
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‘Mad World’ nos trae algo poco frecuente hoy en día. Algo de lo que nos habíamos olvidado. Se trata de un proyecto de 8 canciones, entre las que nos topamos también con una versión en algo similar a un acústico de ‘Conmigo’, llamada ‘Sin Mí (Conmigo)’. Igual que Bullet For My Valentine, con sus versión acústica y fría de «Tears Don’t Fall» en ‘The Poison’. ¿Ya comenzáis a pillar el por qué de esa asociación personal?
Con una ligera escucha del disco, así como del material previo, sacamos algunas conclusiones: Eso de ‘Mad World’ no es una casualidad. Parajes post-apocalípticos, la pasión por los coches -si conoces al de A Coruña sabrás de sus referencias, el 200SX y demás-, los tormentos del pasado… Sólo digo que Max Rockatansky (el prota de Mad Max) también es duro como roca. Hay alguien a quien perdió Blando que nunca va a marcharse de su mente.
‘Mad World’ es como la estela de un grito desgarrado que nos lanza su autor desde un pozo sin fondo en el que sigue cayendo.
A lo que me refería, se trata de un proyecto para escuchar de principio a final. Sin singles. Una especie de álbum conceptual con el que llegas a casa tras el mayor día de mierda de tu vida, te enchufas a Spotify y te escuchas desde el «quédate conmigo» de ‘Conmigo’ hasta cuando Blando dice «ya no recuerdo ni su voz ni su bonita cara» en ‘Sin Mí’. Y ya está. E intentas taparte las heridas como puedes, intentas dejarte sin cobertura, te decides a nadar para ascender o te dejas llevar hasta el fondo para terminar de hundirte.
La única pista que podría hacerte cambiar ese prisma para secarte las lágrimas y girar en 180 grados es ‘Crystal Tears’, obra de wax.dee, en el que ese «déjame morir» se traduce en un «pisa a fondo o muere».
A su vez, esta cicatriz que sirvió de adelanto al álbum también nos desvela la peor verdad de la música del gallego. Nunca va a poder correr para escapar, porque la única forma de ser rescatado es ser salvado de sí mismo:
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Lo siento mucho por el trabajo detrás, pero realmente no quiero centrarme en lo técnico. Lo aprecio muchísimo, de corazón, lo valoro y lo agradezco pero lo haré brevemente. En las producciones encontramos las firmas de wax.dee, El Afilador y Kyddiekafka, llevando el primero el rol protagonista de la película. Judah, otro fiel compañero de Blando, también ha tomado en parte el control de la grabación y la mezcla. Como siempre, Bangarang Film Makers se encuentran tras las cámaras en los videoclips.
Tienes que ser valiente para disfrutar del proyecto. Tienes que ser fuerte para sacar una conclusión próspera del mismo. Tienes que perder el miedo a la muerte y aprender a quererte para que ‘Mad World’ cauterice tus heridas y no actúe como sal y limón en ellas.
Mil veces me habré repetido que ojalá D.L. Blando deje de hacer música mientras me dolía. Quizás la reflexión sana es que ojalá le vaya mejor a Louis. O a mí.
Jesse Rutherford, cantante de The Neighbourhood, es otro que siempre saca sus sentimientos a relucir.