‘NY State of Mind’ vs. ‘Empire State of Mind’: ¿cuál es el himno de NYC?

Nas y JAY-Z son dos de los mejores -y más ricos- rappers del mundo, no cabe ninguna duda de ello, pero además tienen muchísimas otras cosas en común. Aparte del status de icono, los dos artistas son (para la imaginería colectiva) la representación de la Nueva York de los barrios pobres que con esfuerzo, talento y paciencia consiguen llegar a lo más alto a escala global.

De modo que si para los blancos intelectuales ese símbolo puede venir de la mano de Woody Allen, el resto de la población encuentra en el autor de ‘Illmatic’ y en el de ‘Reasonable Doubt’ un espejo en el que mirarse, una razón a la que agarrarse en la esperanza de ver cumplidos todos sus sueños.

Ambos artistas han mostrado sus respetos a la ciudad de los rascacielos durante todas sus vidas y de diferentes maneras, aunque siempre destacarán ‘New York State of Mind’ por parte de Nas y ‘Empire State of Mind’ (junto a Alicia Keys, también neoyorkina) por parte de Shawn Corey Carter aka JAY-Z.

Está claro que la canción de ‘Illmatic’ (producida por DJ Premier con un sample de Joe Chambers y editada en 1994) es más callejera, más oscura y también más absorbente, porque estuvo claramente escrita en otro contexto. Cuando Nas la grabó era prácticamente un adolescente que solo había visto la parte más oscura de la vida, esa del Queens de los ochenta y los noventa.

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Sin embargo, ‘Empire State of Mind’ proyecta más positivismo y euforia, porque está grabada en 2009, cuando JAY-Z ya había pasado (hacía mucho) de la pobreza de Bedford-Syuvesant -Brooklyn- a la riqueza y el reconocimiento mundial más absoluto. No solo se nota en la letra, sino en todo el feeling de la canción.

Es por ello que ‘New York State of Mind’ es más claustrofóbica y depresiva mientras que ‘Empire State of Mind’ es más enérgica, melódica, musical y triunfante. Las dos caras de la misma moneda en dos artistas diferentes pero similares que cuentan cómo es la gran manzana en partes diferentes de sus vidas.

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La canción de JAY-Z está producida por Al Shux e incluye un sample del maravilloso grupo de soul (que triunfó en los noventa) The Moments. Como curiosidad, decir que la leyenda del R&B Mary J. Blige fue considerada para cantar el estribillo, aunque al final fue elegida Alicia Keys, que había escrito parte de este junto al productor.

Las dos canciones son tan diferentes, aun hablando de lo mismo, que son una especie de yin-yang musical en sus descripciones y en sus características musicales. Las dos caras de la misma moneda en forma de ciudad: la descripción de la dureza del asfalto, los trapis y la desesperación por ascender y la de ser vecino de Robert De Niro, estar casado con la artista pop más conocida del mundo y ser reconocido por Forbes.

Supongo que es complicado elegir cuál de las dos canciones representa mejor el espíritu de la ciudad de los ocho millones de historias. Depende del estado de ánimo momentáneo y del status social del momento, de si estás levantándote a las seis de la mañana para apenas llegar a fin de mes o de si de lo has logrado y vives entre Cohibas y Dom Perignon.

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Sea como sea, se trata de dos canciones magníficas que han acabado estando tan unidas a la imagen que tenemos de Nueva York como el cine de Martin Scorsese o el pastrami de Kat’z Delicatessen.

Al final, y como todo en la vida, es tan subjetivo como personal y la respuesta final está no solo en cada uno, sino en el momento vital en el que nos encontremos.