Review de «Quién mató realmente a Michael Jackson» de TMZ

Michael Jackson, que para muchos es el mejor artista musical de todos los tiempos. Falleció el 25 de junio de 2009 en su residencia de Los Ángeles debido a una sobredosis por medicamentos. Unos años después, cuando tuvo lugar el esperado juicio por su muerte, Conrad Murray (el que fuera su médico personal) acabó en prisión por homicidio involuntario, ya que el doctor fue el que le inyectó la dosis letal de Propofol que acabó con su vida.

Sin embargo, mucho se ha especulado sobre la muerte (o asesinato involuntario, como reza la sentencia judicial) del icono musical y justo eso es lo que narra el recién estrenado documental «Who Really Killed Michael Jackson?» («¿Quién mató realmente a Michael Jackson?») producido por el popular portal TMZ (el primero en comunicar la muerte del cantante, compositor y bailarín) y emitido por Fox.

El documental indaga en la adicción a los medicamentos del cantante, pero no solo culpando a Murray (el único que acabó entrando en prisión) sino yendo a los orígenes. Un problema que comenzó en la primera mitad de los ochenta, cuando Jackson tuvo que ser ingresado por graves quemaduras en la cabeza mientras rodaba (junto a sus hermanos) un spot para Pepsi y que continuó con los años, amplificado por una serie de doctores que no hicieron bien su trabajo.

Y es que «¿Quién mató realmente a Michael Jackson?» (a pesar de estar producido y realizado por un medio que persiguió durante años al artista, con el consiguiente desgaste que eso supone) no teme en culpar a doctores como el dermatólogo Arnold Klein (cuya clínica se encuentra en Beverly Hills) que administró -supuestamente- a Jackson todo tipo de medicamentos sin ningún control, haciendo de él un adicto y llevándole -directa o indirectamente- a su muerte con solo cincuenta años.

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La pieza audiovisual hace este viaje a los inicios del problema y tiene su fuerte en las declaraciones en primera persona de Conrad Murray, Arnold Klein, diversos doctores que critican las prácticas de estos dos y de -atención- nada más y nada menos que Debbie Row: exesposa de Jackson, madre de sus dos hijos mayores (Prince y Paris) y enfermera de Klein (Jackson y ella se conocieron en la infame clínica de las celebridades).

Aunque Jackson es a priori el principal causante de su propia muerte por consumir medicamentos de manera poco racional (algunos vía intravenosa, como el propio Propofol, que se usa para anestesiar), lo cierto es que el artista pareció confiar en doctores cuya única meta era cobrar un buen cheque y rodearse de la estrella para ganar prestigio.

Y es que, tal como han declarado amigos y familiares del cantante, el «Rey del Pop» creía que si un doctor te daba una medicación, no existían los riesgos, ya que no se trata de ninguna droga recreativa conseguida de manera ilegal (aunque esto también es discutible, como vemos en el documental).

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«Who Really Killed Michael Jackson», aún no exento de cierto morbo, expone a los tipos que hicieron adicto a las drogas a uno de los artistas con mayor talento de todos los tiempos. De modo que, sin olvidar su tono sensacionalista, no deja ser relativamente honesto, sincero y honesto, por apuntar con el dedo con nombres y apellidos, incluyendo a AEG, productora de la última gira que iba a realizar Jackson y que hicieron caso omiso de las supuestas llamadas de atención del cantante y su salud.

Un documental decente sobre un genio de la música que vuelve demostrar la mezquindad del ser humano: el dinero está por delante de la vida de cualquier persona, y eso incluye a los médicos, a las productoras y todo tipo de personajes supuestamente respetados. Eso sí, todos ellos siguen vivos menos el que tenía más valor por sí mismo: el propio Michael Joseph Jackson.